Ramalla no es solo la capital de Cisjordania. Además lo parece. A uno se le rompen todo los esquemas cuando entra en su calle principal a mediodía y ve el transito de taxis, coches particulares ( algunos de mucho lujo) y centenares de personas modernamente vestidas en busca de compras, en alguno de los muchísimos centros comerciales del centro de la ciudad. Impresiona tanto dinamismo, sobre todo cuando uno no se lo espera. Al parecer, corren tiempos de reparto de dinero por parte de la autoridad palestina a sus funcionarios, es la época en que Ramalla sea la capital de Cisjordania.
No conviene engañarse tampoco mucho, para entrar y salir de Cisjordania por Qalandia( camino de Ramalla) hay que bajarse de un autobús y entrar en el remodelado chek-point de Qalandia, tan nuevo que aun solo han puesto el riego a la zona ajardinada de la entrada. Adolfo me hace notar que no hay ninguna bandera en esta ?frontera?. Los afanes anexionistas israelíes no quieren auto limitarse, es importante el matiz en un sitio donde hay banderas israelíes por todos lados.
El Chekpoint es también limpio y aséptico, de colores neutros, con cámaras por todos lados, con pequeñas puertas de hierro por las que pasar. Desde fuera parece un pabellón deportivo, no parece que allí se discrimine la entrada, que se inmovilice arbitrariamente a ciudadanos palestinos. La humillación ahora, desde el re-estreno, es silenciosa, mas limpia, tal vez mas ordenada y sobre todo mas oculta para, por ejemplo, los turistas. A la vuelta, los soldados israelíes, solo hacen bajarse a los palestinos, los 5 que tenemos pasaporte extranjero quedamos en el bus para pasar el chek point por la carretera. Allí hay un panorama desolador: una decena de soldados/as armados hasta los dientes, con aspecto cansino, y pinta de volver de una fiesta rave, se encargan de registrar autos y buses. Al nuestro sube una chica de 20 años que, asoma el culo, nos hace enseñar los pasaportes, los ve desde la puerta y se va.
Traspasamos el control. Cuando el bus se vuelve a llenar marchamos, sobra decir que no hay ninguno de los palestinos que bajaron. El bus lo llenan otros que tal vez llevaban horas en el "pabellón". Ahora las colas están dentro y son invisibles, la desgracia se oculta. Ahora si quieres, te la tienes que imaginar o investigar. De todas maneras, a 500 metros los israelíes montan otro control, donde esta vez si se pasean por el bus y juegan al "cuando te señalo me levantas el pasaporte". La cola de coches es interminable a las siete de la tarde...
Ramalla es una ciudad abierta, se ven muchos menos velos en las cabezas de las mujeres, la gente es muy atenta, confiada y con ganas de empatizar. Se produce una cerveza en la ciudad, la Taybeh, que no esta nada mal. Tal vez la constatación de que Ramalla quiere ser una ciudad como las demás sea el coche tuneado, con varias antenas y con una gran pegatina en la luna delantera que no dejaba duda sobre la filiación futbolística de su ocupante: Real Madred, insisto, Real Madred. El fútbol....
Yad Vashem ( y por tanto domingo)
El museo de la historia del holocausto. Tal vez tendría que ser el museo definitivo sobre la desgracia humana, después de visitar este museo no pueden quedar ganas de repetir la Historia.
Pero no. Se sigue repitiendo.
Muchos grupos de personas visitan este museo que esta hecho con las donaciones de judíos de todo el mundo. Entre estos grupos, varios grupos de militares (una decena de jóvenes vestidos de militares) con un joven militar un poco mas viejo al mando que les guia en la visita. El ambiente general es, obviamente, de consternación. La entrada es gratis, una excusa menos.
Aunque me parece que la excusa es el museo.
El recorrido a lo largo de la historia del pueblo judío es exhaustivo, aunque donde mas se detiene es en la década de de los 30 y 40, bueno, el museo se acaba en el año 47. Y sobre todo en Europa. Tampoco se pretende engañar a nadie, en la puerta se avisa "la historia del Holocausto desde una perspectiva judía".
Así es, la perspectiva es judía, pero el sufrimiento expuesto es humano. Al igual que las brutalidades ejercidas por la loca sinergia de unos lideres políticos y militares que convencieron a las masas a colaborar y/o perpetrar uno de los mayores genocidios de la humanidad. Otro de ellos: en algunas paredes del barrio armenio de Jerusalem aun se ven carteles recordando el genocidio del pueblo armenio, por ejemplo.
Los genocidios no son mejores ni peores, son una locura a erradicar.
No verse reflejado en la propia historia, aunque el esfuerzo sea colocarse al otro lado, indica una debilidad mental y emocional de un pueblo que no puede seguir utilizando la excusa del miedo a la invasión mas tiempo. Y mucho menos cuando esta ocupando. Lo demás son excusas.
El museo muestra videos de como creció el partido nazi en Alemania, de como se formo su ejercito, de como desfilaba, de como asesinaba, de la formación de guetos...relatos de gente que sobrevivió, que vio la locura en primera persona. Todo muy lógico y sociológico.
Ahora. La colaboración necesaria para sostener tanta locura: panaderos, carpinteros, campesinos, mecánicos, conductores de tranvía, chóferes, maestros, periodistas.... Ellos no aparecen en ningún video, pero existieron. Os imagináis a un soldado manchándose de tierra húmeda al recoger una hortalizas? Y fueron colaboradores necesarios. Tal vez pasase que algunos fuesen judíos, allá, en los años 30. Es igual, no pudieron, si acaso lo intentaran, parar la locura lógica del poder.
Las grandes locuras necesitan colaboración. La necesitaron en el holocausto de la segunda guerra mundial, fruto de los delirios de líderes militaristas. Se necesita colaboración en la loca y bastarda ocupación de Palestina: soldados con rastas y modernillos, padres de familia que expliquen a sus hijos la "historia judía" , escuelas con la historia hebrea y árabe separadas, que la discrepancia sea causa de separación de la comunidad y marginación. Y, sobre todo, que lo militar sea la llave de la supervivencia, la única, la verdadera.
Una de las bases del Tercer Reich era tener un ejército fuerte para poder desarrollarse como pueblo. Se vuelven a repetir las historias. Mal asunto cuando los museos sirven para justificarse y no para no repetir. No quisiera pensar que la diferencia es pasar de victima a verdugo.
Punto final. Para mi la joya antimilitarista del museo es el "golden book" que la comunidad judía húngara envió a las autoridades húngaras cuando empezaron los guetos y mas tarde las deportaciones. Dicho libro es un compendio, bien encuadernado, con cientos de fotos de judíos que lucharon ( y tal vez murieron) en la primera guerra mundial con el ejercito austrohúngaro. Era la muestra de que ellos eran húngaros, de que no les podían dejar abandonados. No sirvió de nada, a tenor de lo escrito en la historia.
Digo que es la joya antimilitarista porque es el corolario a una pequeña confidencia: los ejércitos son el problema y no la solución.
Besos, toni
1 comentari:
Ramalla per una banda i el museu per l'altra em sembles visites superinteressants.
Salutacions
Publica un comentari a l'entrada